Miami, entre santos y pecadores

Ya se sabe, la ciudad donde vivo es famosa por muchas razones, aunque muchas veces tristemente célebre. Uno de los mitos que hace de Miami una ciudad reputada es la corrupción, un mal que se ha vuelto folclórico y hasta natural. Los vecinos de Miami, y también los de afuera, se han acostumbrado a que ésta sea una tierra de fraudes de todo tipo, en lo político, en lo económico… y hasta en lo religioso.

Pero lo curioso es que embaucadores y embaucados se enfrascan aquí en un raro baile de coexistencia. Así, un político puede ser reelegido por una aplastante mayoría aunque se un delincuente probado; muchos “inocentes” abuelos son despojados una y otra vez con el archiconocido truco del billete de lotería premiado que le vende barato un supuesto ilegal porque no puede cobrarlo; en tanto que ante los fascinados rostros de compulsivos compradores, el valor de las casas y el miedo a los huracanes se infla artificialmente.

Los productores del filme Miami vice, por ejemplo –la versión cinematográfica de la popular serie de los años 80 Corrupción en Miami, que se estrenará para el público de los Estados Unidos el 27 de julio–, confían en esa memoria colectiva para augurar un éxito total a las dos horas y media de intriga, sexo y mucha acción, elementos diarios de esta urbe.

También Miami –donde casi hay más iglesias que restaurantes–es para algunos una suerte de campo de batalla, sino espiritual, al menos religioso. Digno de otra película es la historia del grupo religioso local arrestado el mes pasado bajo cargos de complotarse para lanzar ataques terroristas contra varios objetivos de los Estados Unidos. Narseal Batiste, su líder, que según se cuenta pertenecía al Templo de la Ciencia Mora, una secta que mezcla cristianismo, judaísmo e islamismo, había desarrollado una especie de complejo de divinidad, y decía “Yo soy Alá”, a la vez que confesaba que estaba asustado por la forma en que sus jóvenes seguidores lo reverenciaban. Durante una tormenta en Miami, dijo Batiste, al ver un rayo y un trueno, un discípulo le dijo “Ahora sí mandaste uno bueno”.

Sumida en el acoso de supuestas y verdaderas víctimas, por su parte, la Archidiócesis de Miami acordó en semanas recientes saldar seis casos separados de abuso sexual por valor de $750,000, incluyendo dos relacionados un sacerdote acusado de haber drogado y violado a niños en incidentes que se remontan hasta 1973.

Los púlpitos y las ondas de radio cristianas de la ciudad truenan denunciando los atropellos, mientras se pone de moda vender milagros al mejor postor: “Mientras más dinero usted nos da, mayor garantía tendrá de que su peticiones sean escuchadas por Dios”. La gente aplaude fervorosamente, asiente y exhala su frustración cuando se denuncia a los inescrupulosos y llena los templos migrando de un lado otro en busca de mejores profetas.

Se hace campaña proselitista y se señala la paja en el ojo ajeno, pero sin mentar nombres. A menos que se trate del boricua José Luis De Jesús Miranda, un predicador de edad mediana que que dice ser la reencarnación de Cristo, le gustan los relojes Rolex de $10,000, maneja un BMW y recibe un salario anual de $98,000. Pero no precisamente por estas frecuentes frivolidades muchos líderes cristianos de la ciudad lo consideran “un personaje destructor y hasta peligroso”, sino porque fue demasiado lejos, declarándole a todos una guerra santa.

Los seguidores de José Luis han interrumpido procesiones católicas del Viernes Santo y protestado contra una iglesia evangélica en el Tropical Park de Miami.

El sábado pasado, montándose en una publicidad estilo Código Da Vinci, José Luis pagó media plana de El Nuevo Herald para denunciar “2,000 años de engaños y mentiras teológicas”. “Hoy acuso públicamente –dice el anuncio– que todas las religiones le han mentido al mundo”.

Ese mismo día unos 500 miembros de Creciendo en Gracia marcharon por el downtown de Miami para proclamar a su líder como la reencarnación de Cristo. Los devotos destruyeron crucifijos, rosarios, estatuillas de la Virgen María y otros santos, y también literatura publicada por los Testigos de Jehová y otros movimientos cristianos.

Tanto en Miami como en otros lugares de América Latina, los líderes religiosos han criticado a De Jesús Miranda, calificándolo de ser un falso profeta que no hace más que engañar a sus incautos seguidores. Pero sus encantados fieles lo llaman Apóstol, el Hombre Jesucristo, Dios, el Resucitado y Papi, y le entregan grandes cantidades de dinero y regalos.

Pero cada cual en su planeta, la mayoría de los miamenses no tiene ni idea de lo que está pasando, y prefieren rendirle culto a los malls, los restaurantes de comida rápida y los estadios deportivos, en tanto esperan el estreno de Miami vice.

4 Responses to "Miami, entre santos y pecadores"

  1. ¿Con tanta evidencia y todavía no ves a Dios en Jose Luis de Jesús Miranda? Gracias a Dios en Jose Luis ahora soy libre. Pertenecí a los trinitarios por 40 años y ahora glorifico a Dios en Jose Luis Abba Padre.

  2. Interesante, aun viviendo en el mismo estado, un poco más arriba, estoy muy alejado de lo que es la cultura Miamense.

    A propósito de Creciendo en Gracia, en mi blog METANOIA::spa mental he dedicado bastante tiempo interactuando directamente con su sede al igual que con un «ministro» de México. Puedes hacer una búsquda por los artículos titulados como «¿Creciendo en Gracia, o en el Error?» y allí verán claramente cómo esta secta depende de la ignorancia Bíblica de los pueblos para hacer las afirmaciones más incoherentes. No es de sorprender que su apología es más emocional (avisos de periódico, manifestaciones públicas) que hermenéutico. Es hora de armarse, Iglesia.

    Gozo en Su reposo.

  3. Interesante y apropiada reflexión, parece que lo malo, chusco y vulgar vende, inclusive en lo que se relaciona con el aspecto espiritual; al respecto escribí en Abril de 2006 un artículo relacionado, al que titulé Simonía moderna. Si le interesa a alguien todo lo relacionado con el tema que origina esta aportación, y desean leer el artículo lo pueden encontrar aquí: http://elcalvario.us/quicuj/?p=16.

    Se cumple lo que dice la Escritura: “Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”.

  4. Oscar De Luna Alejandro · Edit

    Saludos Jorge Julio Gonzalez

    Esto que mencionas ha sido el cancer de nuestra sociedad a través de los años; a los hombres comunmente nos gusta lo que agrada a nuestros sentidos y a nuestra carne… los deseos del mundo, y dificil es herradicar esos deseos sin que Dios nos ayude, no importa si es Miami o Chiconcuan o Monterrey o Jerusalem, el grito que se escucha en las calles es «LIBEREN A BARRABAS»; la maldad, los vicios y placeres sexuales, el comercio ilegal, los favores pòliticos e influencias, y crucifiquen a Jesùs el que se hace llamar el Cristo; lo bueno lo sano lo amable lo que es de buen nombre y de edificaciòn para nuestras almas … Sin duda el diablo tambien predica y le da a la gente lo que èsta busca.

    Genesis 6: 5 y 6 explica el sentir de Dios y el actuar de los hombres, ahora con màs sabidurìa mundana y el progreso de la ciencìa, pero igual de insensatos.

    Y le doliò a Dios en su corazòn … que nuestros pensamientos de continuo fueran al mal; no importa la ciudad o el paìs ni el idioma, Dios està viendo nuestros pensamientos y los frutos son acusadores.

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