Debate bíblico en torno a los inmigrantes ilegales

Un debate que alcanza connotaciones bíblicas está aconteciendo en algunas congregaciones evangélicas de Estados Unidos al respecto de los indocumentados.

La disputa gira en torno al pasaje de Romanos 13, según el cual los cristianos deben acatar a las autoridades y obedecer las leyes, en tanto que las propias Escrituras tienen muchas exhortaciones a ser misericordiosos con los forasteros y, según Mateo 25, cobijar al extranjero.

Pero en otras congregaciones del país, incluyendo muchas de habla hispana, ni siquiera se menciona el asunto.

Un reporte de prensa de Rachell Zoll, de la agencia AP, da cuentas de que la presencia de inmigrantes en algunas megaiglesias ha crecido tanto que casi se hace imposible evadir el tema.

El joven estudiante Matthew Soerens ha estado hablando durante meses con pastores de todo el país con la esperanza de hacerles entender que la reforma de las leyes de inmigración es un imperativo cristiano. Pero el tema es tan delicado que muchos ministros no lo quieren tocar. 

Dice AP que varios prominentes líderes evangélicos, sin embargo, concuerdan con la postura de Soerens y han apoyado públicamente algunas medidas para allanar el camino a la ciudadanía de los 11 millones de indocumentados que se cree hay en el país. Sin embargo, Soerens comprobó que la feligresía opina distinto. No ve con buenos ojos a los indocumentados y pide mano dura con ellos.

Soerens está tratando de cambiar la situación, iglesia por iglesia, y a sus 26 años ya tiene un libro escrito con Jenny Hwang: Cómo recibir al extranjero: Compasión y verdad en el debate sobre la inmigración. Para ser coherente con sus creencias, se mudó a un complejo de apartamentos donde viven muchos inmigrantes sin recursos. Encabeza un grupo de estudio de la Biblia para jóvenes que viven en el edificio.

“Las Escrituras me dicen lo que debo hacer”, dijo. “Soy evangélico y bíblico, no un liberal con ropas de evangélico”.

Soerens colabora con World Relief, brazo humanitario de la Asociación Nacional de Evangélicos, que agrupa a iglesias cristianas conservadoras. World Relief ha estado ubicando refugiados a través del Departamento de Estado desde hace muchos años.

El año pasado comenzó a tratar de reclutar otros pastores para defender la causa del inmigrante, sobre todo en los suburbios occidentales de Chicago.

“Cada vez hay menos iglesias que no tienen inmigrantes entre sus feligreses”, dijo Soerens.

Cotidianamente surge el asunto, como cuando se asignan voluntarios para trabajar con niños. Las iglesias que distribuyen alimentos y ofrecen otros servicios se dieron cuenta de que muchos de sus clientes no tenían papeles y se preguntaron si al ayudarlos infringían alguna ley.

Muchas veces los pastores deben sopesar su apoyo al movimiento a favor de los inmigrantes porque existe el temor de ahuyentar a feligreses.

Cuando Soerens comenzó a investigar las enseñanzas teológicas sobre la inmigración, comprobó que los evangélicos no tenían muchos escritos y apeló a fuentes católicas. La Iglesia Católica, así como la protestante y muchas organizaciones judías, han defendido siempre a los inmigrantes.

Los escritores evangélicos han comenzado lentamente a llenar ese vacío, dice AP. Un ejemplo típico es El próximo evangelismo: Cómo liberar la Iglesia de su cautiverio de la cultura occidental, de Soong-Chan Rah.

Pero es demasiado pronto para decir hasta qué punto los evangélicos van a defender a los inmigrantes. Hay resistencia a politizar la iglesia.

Mont Mitchell, pastor de la Westbrook Christian Church de Bolingbrook, cerca de Naperville, que cuenta con muchos inmigrantes entre sus fieles, dice: “No quiero que me distraigan de mi misión de predicar el Evangelio”.

Soerens está consciente de que mucha gente se resiste a zambullirse en el tema de la inmigración y recalca que no postula una amnistía para los indocumentados, pero que cree que debe buscarse la forma de regularizar su situación.

En el sur de la Florida, donde la comunidad de habla hispana es mayoritaria, la polémica todavía no se ha hecho sentir con intensidad. 

Un pastor de Miami que quiso conservar el anonimato dijo no ver contradicción alguna, “definitivamente hay que respetar las leyes y rechazar la inmigración ilegal, pero una vez estén aquí hay que ser misericordiosos con los indocumentados y asistirlos hasta donde nos sea posible”.

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